viernes, 2 de octubre de 2009

La Vid

El vino, caldo de dioses


El agua limpia de la montaña emerge,
la agraciada flor de la tierra germina,
la exquisita fruta del árbol se origina,
la deleitable uva de la cepa surge.

Expuesta a las variaciones del clima,
se mantiene arraigada la vid orgullosa,
añadas de cosechas la conservan jugosa,
ofreciendo sus frutos de alta estima.

La recogida cada año tiene lugar,
celebraciones en su honor creamos,
conmemorando tiempos pasados,
su degustación tendremos de consumar.

Con dispares tipos de uva disfrutamos,
por excelencia negras o blancas,
semejantes y en el paladar tan distintas,
disfrutar de sus sabores anhelamos.

Bebida de dioses para deleitarse,
infinidad de aromas por descubrir,
sabores ocultos deseando surgir,
variedad de matices al oxigenarse.

Dar gracias a Dionisos debemos,
en transformar la uva en vino nos inició,
la humanidad más alegre se volvió,
beber un buen elipsir todos deseamos.



Juanma 02/10/09

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